DESBANDÁ 2020 - Adela Calero Díaz - 1º Bach. C
La Desbandá comenzó el 7 de febrero de 1937 cuando cerca de 300.000 refugiados que se habían ido concentrando en Málaga huyeron, tras la entrada de las tropas golpistas,  por la carretera costera de Málaga a Almería bajo los bombardeos por aire, mar y tierra de la aviación ítalo-germana y del ejército franquista. Se estima que cerca de 5.000 personas los civiles que perdieron la vida y muchos más fueron fusilados al retorno a sus localidades. Al menos 56.000 consiguieron llegar a Almería. Se trataba del primer ataque de un ejército moderno contra la población civil indefensa. Un hecho inédito que, desgraciadamente, se repetiría después en otras poblaciones y en toda Europa. 
Más de 400 personas participaron el pasado 9 de febrero en el acto conmemorativo que tuvo lugar en la desembocadura del río Guadalfeo, lugar considerado de Memoria História, con motivo de la 14ª marcha y 4ª Marcha integral por la Desbandá, organizadas por la asociación del mismo nombre y los colectivos memorialistas Verdad, Justicia y Reparación y 14 de Abril para la Recuperación de la Memoria Hostórica de la Costa Tropical. 
En el acto, Rafael Morales destacó el apoyo de más de 35 asociaciones memorialistas y organizaciones sociales, así como el aumento de la participación en los actos organizados, pasando de 2.000 personas el año pasado a más de 3.000 en esta edición. Además Belen Sánchez, edil de la Memoria Histórica de la Villa, expresó su orgullo y su agradecimiento a las organizaciones convocantes.
Tres supervivientes contaron sus recuerdos o aquellos que les dejaron sus familias en aquella huida de hace 83 años. Manuel Criado, de Rincón de la Victoria, en Málaga, cuya madre perdió la leche con la que le iba amamantando ante el horror de las bombas y los muertos que se encontraban y que cubrían con piedras. Carmen López Iglesias, de Salobreña, tuvo que huir con sus cuatro hermanos, su madre, que estaba embarazada, y su padre, represaliado porque repartía la prensa republicana al ser el cartero del pueblo. La familia partió con lo puesto y poco más. E Inocencia Arquero, de Motril, que huyó con toda su familia en dirección a Almería, pero en Carchuna tuvieron que refugiarse en un campo de palmitos porque los aviones no paraban de bombardear. Cuando se fueron, dejaron un terrible panorama de muertos en el Llano. De allí siguieron a Castell y después a Aguadulce, donde permanecieron hasta que en camionetas los trasladaron a Almería. 
El acto en la desembocadura del Guadalfeo concluyó con la lectura de un manifiesto de las asociaciones organizadoras, que leyó Miguel Ángel Romero, de la Asociación 14 de Abril. A través de este manifiesto, los organizadores del acto pidieron al gobierno de la nación que elabore un censo real de víctimas de la Desbandá. También pidieron que se cree una comisión de la verdad para investigar estos hechos. Tras el acto, los participantes compartieron una comida de convivencia en la playa, en el espacio conocido como 18 nudos. Los marchadores siguieron al día siguiente su marcha hasta Carchuna, Castell de Ferro y continuar por la provincia de Almería hasta concluir en la capital de dicha provincia.
Esta era la primeva vez que yo iba a un acto conmemorativo de la Memoria Histórica. Me pareció un acto muy emotivo, ver a la gente caminando por el Vial con las banderas tricolor, y me emocionó mucho escuchar al anciano y a las dos ancianas hablando de sus recuerdos. Creo que estas celebraciones son muy importantes para que nunca más ocurran hechos como los de la Guerra Civil española.

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