Lo han dicho grandes de la ciencia, como Robert Merton, Thomas Kuhn, Mario Bunge, Gregorio Klimovsky, Harald Weinrich: la comunicación de la ciencia es, sin dudas, ineludible y fundamental en la actividad científica. El conocimiento científico se construye y avanza porque la ciencia es expresable y pública. Ya lo decía Klimovsky...sin textos, la ciencia no sería posible. Tan básico y sencillo como las palabras de este gran filósofo.

Lo que estos pensadores nunca imaginaron es que la ciencia estaría cada vez más cerca del público gracias a las nuevas tecnologías y los nuevos recursos en Internet. Tampoco imaginaron la rapidez y la inmediatez que alcanzaría la diseminación de la ciencia, ni las rupturas de modelos tradicionales de comunicación científica unidireccional, donde solo se escuchaban las voces de algunos. Y es comprensible, pues el ritmo acelerado de las nuevas tecnologías ofrece oportunidades de comunicación muy diferentes a las de aquellos tiempos.

Hay tantas herramientas para la comunicación inmediata y acelerada que podríamos animarnos a decir: pareciera que la ciencia ha tomado vida propia...¡La ciencia navega en Internet! Y, entonces, difundimos la ciencia pero también la ciencia recorre su propio camino.

Items